El índice del dólar estadounidense (DXY) cayó por debajo de la marca de 99,00 a primera hora del miércoles en la sesión europea, cotizando cerca de 98,90 tras tres días consecutivos de ganancias. El dólar se debilitó en medio de la renovada incertidumbre sobre el cierre parcial del gobierno federal de EE. UU., que sigue afectando el sentimiento de los inversores.
El cierre gubernamental se ha prolongado hasta su día 22, después de que el Senado fallara nuevamente—por undécima vez—en aprobar un proyecto de ley de financiamiento aprobado por la Cámara de Representantes para reabrir el gobierno.
La votación, que terminó 50–43, siguió en gran medida las líneas partidarias. El prolongado estancamiento en Washington está erosionando la confianza en la gestión fiscal del gobierno, aumentando la presión sobre el dólar estadounidense.
La suspensión de la publicación de datos económicos clave por parte de la Oficina de Estadísticas Laborales y la Oficina del Censo debido al cierre también ha complicado la evaluación de la política para la Reserva Federal (Fed). Según la herramienta CME FedWatch, los mercados ahora asignan una probabilidad del 98,9 % de que la Fed reduzca la tasa de interés en 25 puntos básicos en su reunión de política monetaria del 29 de octubre, ligeramente por debajo del 99,4 % del día anterior.
Desarrollos geopolíticos y enfoque en las relaciones comerciales entre EE. UU. y China
En el frente geopolítico, la atención sigue centrada en las relaciones comerciales entre EE. UU. y China. El presidente Donald Trump reiteró el martes por la noche su optimismo sobre alcanzar un «buen acuerdo» con el presidente chino Xi Jinping, pero también reconoció que la tan esperada reunión «podría no ocurrir». Mientras tanto, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, se reunirá con funcionarios chinos para discutir esfuerzos de desescalada antes de las negociaciones comerciales formales.
Si bien el optimismo sobre el progreso en las negociaciones EE. UU.-China podría ofrecer un apoyo a corto plazo al dólar, los riesgos a la baja más amplios persisten en medio del estancamiento político y el creciente expectativa de una postura acomodaticia de la Fed.