Las ventas de vehículos fabricados en el Reino Unido hacia Estados Unidos aumentaron en julio, impulsadas por el nuevo acuerdo arancelario entre Londres y Washington que alivió la presión sobre los exportadores.
Recuperación después de meses de caída
Según datos de la Society of Motor Manufacturers and Traders (SMMT), las exportaciones a EE. UU. crecieron un 6,8 % en julio, después de tres meses consecutivos de descensos.
La recuperación se produjo tras el acuerdo alcanzado en mayo entre Londres y Washington para reducir los aranceles, que el entonces presidente estadounidense Donald Trump había elevado en abril del 2,5 % al 27,5 %. Bajo el nuevo pacto, la tarifa se redujo al 10 % desde finales de junio.
La SMMT señaló que el aumento de julio “ilustra el impacto de este acuerdo”, aunque advirtió que la producción automotriz británica en general sigue bajo una presión significativa.
El límite arancelario restringe los beneficios
La reducción de aranceles se aplica solo a los primeros 100.000 vehículos enviados anualmente a EE. UU., un volumen similar al exportado en 2023. Cualquier envío que supere ese umbral seguirá enfrentando un gravamen del 27,5 %.
A pesar de este límite, Estados Unidos representó el 18,1 % de las exportaciones de autos británicos en julio, frente al 45,6 % destinado a la Unión Europea.
Colleen McHugh, directora de inversiones en Wealthify, afirmó que el mercado estadounidense es “muy importante para los autos fabricados en el Reino Unido”, especialmente para las marcas premium como Jaguar Land Rover (JLR).
JLR suspendió temporalmente sus envíos a EE. UU. en abril, cuando entró en vigor el arancel más alto, y solo reanudó las exportaciones después del acuerdo de mayo.
Perspectiva más amplia de la industria
En general, la producción de autos en el Reino Unido creció por segundo mes consecutivo en julio, impulsada tanto por las ventas nacionales como por la demanda externa. Sin embargo, el total de vehículos producidos en lo que va del año sigue siendo un 11,7 % inferior, reflejando debilidad tanto en los autos de pasajeros como en los vehículos comerciales.
La producción del mes pasado cayó a su nivel más bajo para un mes de julio desde 1953, lo que subraya la magnitud de los desafíos que enfrenta la industria.
Los analistas señalan el aumento de los costos laborales en el Reino Unido, la intensificación de la competencia global y los efectos persistentes del Brexit como presiones clave sobre el sector.
Mike Hawes, director ejecutivo de la SMMT, declaró:
“La industria automotriz sigue atravesando tiempos turbulentos, con una confianza del consumidor débil, flujos comerciales volátiles y enormes inversiones en nuevas tecnologías en curso, tanto en el país como en el extranjero. En este contexto, otro mes de crecimiento en la producción de autos es una buena noticia.”
