La ministra británica de Finanzas, Rachel Reeves, afirmó que su próximo presupuesto de noviembre abordará los crecientes desafíos globales y domésticos, manteniendo al mismo tiempo la disciplina fiscal autoimpuesta del gobierno.
En una entrevista con Karen Tso de CNBC al margen de las reuniones anuales del FMI en Washington D.C., Reeves mencionó la guerra entre Rusia y Ucrania, las tensiones en Medio Oriente y el aumento de las barreras comerciales globales como los principales obstáculos para la economía británica.
Reeves dijo: «Lo más importante para mí como ministra es ser honesta con la gente sobre los desafíos que enfrentamos. Responderé a ellos en el presupuesto.»
Está previsto que presente su segundo presupuesto de otoño el 26 de noviembre, mientras el Reino Unido lidia con un crecimiento lento, alta inflación y costos de endeudamiento crecientes — con los rendimientos de los bonos a 30 años por encima del 5 %, los más altos del G7.
Reglas fiscales bajo escrutinio
Desde el año pasado, Reeves enfrenta presión política y del mercado para mantener su marco fiscal, que exige que el gasto público diario se financie con ingresos fiscales y que la deuda pública disminuya como proporción del PIB para 2029–2030.
Sin embargo, insinuó esta semana que cumplir con esos objetivos podría requerir romper una promesa previa de no aumentar los impuestos a los trabajadores — una medida políticamente costosa.
Los analistas señalan que sus otras opciones incluyen relajar las reglas fiscales o reducir aún más el gasto público, ambas impopulares en medio de una crisis del costo de vida.
La reacción del mercado sigue siendo clave
Reeves reconoció que los mercados financieros observan de cerca la postura fiscal del gobierno. A principios de este año, cuando surgieron especulaciones sobre su futuro político, los rendimientos de los bonos se dispararon, mostrando la preferencia de los inversionistas por la estabilidad y la disciplina fiscal.
Aunque se negó a comentar los movimientos recientes del mercado, Reeves reafirmó su compromiso con la consolidación fiscal:
«Sabemos que el déficit ha sido demasiado alto en los últimos años. Como ministra, estoy decidida a reducir los costos de endeudamiento, disminuir la deuda y garantizar una economía en crecimiento basada en la responsabilidad fiscal.»
Prioridades de crecimiento y competitividad
Reeves enfatizó que su estrategia fiscal busca mantener la competitividad del Reino Unido como centro de inversión e innovación. Reiteró su ambición de hacer del país «el lugar para comerciar, invertir y crecer», pidiendo a los reguladores financieros que equilibren la supervisión del riesgo con el impulso al crecimiento.
Con un espacio fiscal limitado y una creciente incertidumbre global, los economistas afirman que el presupuesto de noviembre será una prueba clave de si Reeves puede equilibrar la credibilidad fiscal con políticas procrecimiento — sin desestabilizar los mercados ni a los votantes.