Moody’s baja la nota crediticia de EE.UU. a Aa1. Crecen las preocupaciones sobre la deuda pública, afectando al dólar, los bonos y la confianza de los inversores.
Tras la sorpresiva decisión de la agencia Moody’s de rebajar la calificación crediticia soberana de Estados Unidos, los inversores se preparan para una semana de alta volatilidad. Esta medida reaviva los temores en los mercados financieros y pone en duda la estabilidad a largo plazo de los activos denominados en dólares.
➤ Una rebaja que profundiza la incertidumbre en los mercados
Moody’s rebajó la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos de Aaa a Aa1. El anuncio, realizado el viernes por la noche, provocó una reacción inmediata en los mercados asiáticos al inicio de la semana. Los futuros bursátiles estadounidenses, los bonos del Tesoro y el dólar mostraron retrocesos.
La agencia justificó su decisión por el creciente déficit fiscal y la falta de voluntad política para implementar reformas estructurales.
➤ Déficits crónicos y falta de disciplina fiscal, según Moody’s
El informe de Moody’s destaca el deterioro continuo del déficit fiscal a lo largo de varias administraciones presidenciales, sin señales claras de corrección. Según la agencia, las autoridades estadounidenses no están tomando medidas concretas para enfrentar los desequilibrios presupuestarios.
Esta degradación coincide con advertencias similares de otras agencias, y refuerza las dudas sobre la salud financiera de EE.UU.
➤ Bonos del Tesoro bajo presión inmediata
Como respuesta al anuncio, los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron. El rendimiento del bono a 10 años alcanzó el 4,49 %, pese a los bajos volúmenes de negociación, lo que refleja una creciente cautela entre los inversores.
Max Gokhman, subdirector de inversiones en Franklin Templeton Investment Solutions, advirtió que el gasto fiscal no financiado continuará elevando los costos de la deuda. Señaló que los grandes inversores, tanto institucionales como soberanos, podrían empezar a reducir su exposición a los bonos estadounidenses en favor de otros activos refugio.
➤ El riesgo de una «bear steepener» en la curva de rendimiento
Gokhman también advirtió sobre un escenario conocido como «bear steepener», donde los rendimientos a largo plazo aumentan más rápidamente que los de corto plazo. Esta dinámica podría perjudicar al mercado bursátil, debilitar al dólar y disminuir el atractivo de los bonos del Tesoro.
Esto es especialmente preocupante en un entorno de desaceleración económica e incertidumbre comercial.
➤ Se anticipan nuevos aumentos en los rendimientos a largo plazo
Analistas de Wells Fargo prevén que los rendimientos a 10 y 30 años podrían subir entre 5 y 10 puntos básicos como reacción a la rebaja de Moody’s. Un aumento de 10 puntos en el bono a 30 años lo colocaría por encima del 5 %, su nivel más alto desde noviembre de 2023, acercándose a máximos no vistos desde antes de la crisis de 2008.
Esto implicaría mayores costos de financiamiento para hogares y empresas.
➤ El dólar se debilita pese al aumento de los rendimientos
Aunque habitualmente un aumento en los rendimientos fortalece a una divisa, en este caso, las dudas sobre la sostenibilidad fiscal de EE.UU. ejercen presión sobre el dólar. El índice Bloomberg del dólar se encuentra cerca de sus mínimos de abril, y los datos de opciones muestran el mayor pesimismo en cinco años.
En el inicio de la semana, el dólar cayó frente a las monedas del G10, mientras que el yen japonés y el franco suizo, considerados refugios seguros, se apreciaron. Esta dinámica refleja una pérdida de confianza en la moneda estadounidense.
➤ Impacto global en las estrategias de inversión
La rebaja de la calificación de EE.UU. podría tener repercusiones globales. Los bonos del Tesoro, considerados durante mucho tiempo como activos seguros, están perdiendo atractivo. Los inversores internacionales podrían redirigir sus carteras hacia activos como el oro, el yen o el franco suizo.
Asimismo, gobiernos y empresas con alta exposición al dólar o a la deuda estadounidense podrían verse obligados a revisar sus estrategias financieras ante el nuevo entorno de tipos de interés más altos y menor confianza.