La extensión del plazo por parte de EE.UU. en la guerra comercial incrementa la inestabilidad mundial y reduce las inversiones en países en desarrollo, advierte la Organización Mundial del Comercio.
La Organización Mundial del Comercio ha alertado que la decisión del gobierno estadounidense de prolongar el plazo para negociar aranceles aumenta la incertidumbre y la inestabilidad en los mercados globales, poniendo en riesgo las inversiones a largo plazo.
Prórroga del plazo en la guerra comercial y sus impactos en la economía global
El gobierno de Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, anunció recientemente la extensión hasta el 1 de agosto de 2025 del plazo para aplicar nuevos aranceles a las importaciones provenientes de 14 países. Esta medida afecta a grandes economías como Japón y Corea del Sur, así como a socios comerciales más pequeños, todos enfrentando tarifas más elevadas. Esta decisión se toma en un contexto de volatilidad persistente y creciente preocupación en los mercados globales, causada por meses de tensiones comerciales entre Estados Unidos, China y otras naciones.
Pamela Coke-Hamilton, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional de la ONU, declaró en una conferencia de prensa en Ginebra: “La extensión del plazo para negociar aranceles en realidad prolonga el periodo de incertidumbre, debilitando las inversiones a largo plazo y los contratos comerciales.”
Impacto de la incertidumbre arancelaria en las inversiones
Una de las principales problemáticas destacadas por Coke-Hamilton es el efecto negativo que las políticas arancelarias poco claras tienen sobre la planificación empresarial. Cuando las empresas desconocen los costos futuros asociados a la importación y exportación, no pueden planificar adecuadamente sus inversiones, lo que con frecuencia conduce a retrasos o cancelaciones de proyectos de desarrollo.
Como ejemplo, mencionó el caso de Lesoto: “Las grandes empresas exportadoras de textiles en ese país han suspendido temporalmente sus inversiones mientras esperan el resultado de las negociaciones arancelarias, lo que ilustra el impacto directo de estas políticas en las economías en desarrollo.”
Doble impacto: aumento de aranceles y reducción de la ayuda al desarrollo
La directora ejecutiva también destacó otro desafío importante que amenaza a las economías en desarrollo: la combinación simultánea de aumento de aranceles y una marcada reducción de la ayuda internacional para el desarrollo. Describió estos factores como un “doble impacto” que ejerce una fuerte presión económica.
Esta situación puede afectar gravemente el crecimiento económico, la generación de empleo y la lucha contra la pobreza en estos países, aumentando el riesgo de deterioro del bienestar social y de mayores desigualdades económicas.
La guerra comercial y la volatilidad de los mercados globales
Desde el inicio de la guerra comercial impulsada por el gobierno estadounidense en abril de 2025, los mercados financieros globales han experimentado fluctuaciones significativas. El aumento de los aranceles ha elevado los costos de los productos, restringido los flujos comerciales y aumentado las preocupaciones sobre el futuro de la economía mundial.
Los países afectados por estos nuevos aranceles están bajo presión para alcanzar acuerdos con Estados Unidos, pero la extensión del plazo indica que aún no se vislumbran soluciones rápidas y sostenibles.
Necesidad de cooperación y estabilidad en las políticas comerciales
Pamela Coke-Hamilton concluyó subrayando que la única vía para superar esta situación es la cooperación internacional y el respeto a los marcos comerciales multilaterales. Añadió: “La transparencia, estabilidad y previsibilidad en las políticas arancelarias son esenciales para crear un entorno comercial seguro y fomentar la inversión.”
Según ella, respetar estos principios restaurará la confianza del mercado y abrirá el camino para el crecimiento económico.