El par euro/dólar se recupera tras tocar mínimos intradía cerca de 1,1700, pero sigue bajo presión mientras el dólar estadounidense se suaviza tras datos de confianza del consumidor más débiles de lo esperado.
El euro (EUR) cotiza ligeramente a la baja frente al dólar estadounidense (USD) el viernes, alrededor de 1,1720, después de caer a los mínimos de la sesión cerca de 1,1700. Esta recuperación modesta se produce mientras el billete verde retrocede desde los máximos intradía, tras la encuesta preliminar de septiembre de la Universidad de Michigan que mostró una disminución de la confianza del consumidor junto con expectativas de inflación persistentes.
El índice principal de confianza del consumidor cayó a 55,4 en septiembre desde 58,2 en agosto, por debajo del pronóstico de 58 y marcando el nivel más bajo desde mayo. El índice de expectativas del consumidor bajó a 51,8 desde 55,9, por debajo del esperado 54,9, mientras que el indicador de condiciones actuales se redujo ligeramente a 61,2 desde 61,7.
Los hogares estadounidenses siguen preocupados por las perspectivas económicas, con la previsión de inflación a un año estable en 4,8% y la medida a cinco años aumentando a 3,9% desde 3,5%, subrayando la presión continua sobre los precios a largo plazo.
El índice del dólar estadounidense (DXY), que sigue al billete verde frente a seis monedas principales, cotiza cerca de 97,67 tras alcanzar un máximo de 97,86. Aunque retrocede desde los máximos de la sesión, el DXY se mantiene en general firme, limitando el potencial alcista del euro.
Desafíos del euro en Europa
El euro también enfrenta desafíos en Europa. El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo las tasas estables el jueves, adoptando los responsables de la política monetaria una postura cautelosa ante un crecimiento lento y tendencias inflacionarias debilitadas.
Las tensiones geopolíticas pesan sobre el euro
Las tensiones geopolíticas también afectan al euro. Alrededor de 19 drones rusos ingresaron al espacio aéreo polaco a principios de esta semana y, el viernes, Rusia y Bielorrusia lanzaron los ejercicios militares Zapad-2025. En respuesta, Polonia cerró los pasos fronterizos con Bielorrusia y desplegó aproximadamente 40,000 tropas en su frontera oriental, aumentando la incertidumbre regional.