La caída del dólar impulsa rendimientos récord en la deuda local de los mercados emergentes — los más altos en 16 años.
Durante la primera mitad de 2025, ante la histórica caída del dólar estadounidense, los inversores redirigieron masivamente su capital hacia los bonos de mercados emergentes, lo que generó rendimientos sin precedentes. Este cambio refleja una pérdida de confianza en la moneda estadounidense y un creciente interés por los activos denominados en monedas locales.
Caída histórica del dólar transforma el panorama de inversión
El dólar estadounidense ha registrado una disminución superior al 11 % desde principios de 2025, marcando su peor desempeño semestral desde la década de 1970. La divisa estadounidense se debilitó frente a 19 de las 23 monedas emergentes más negociadas, con caídas superiores al 10 % frente a diez de ellas.
Esta fuerte depreciación se atribuye a la creciente incertidumbre en torno a la política fiscal y monetaria de EE. UU., así como a la inestabilidad política interna. Como consecuencia, los inversores buscan alternativas más rentables y estables.
Rendimientos récord para bonos en moneda local
En este contexto, los bonos denominados en monedas locales de los mercados emergentes han alcanzado un rendimiento promedio del 12,1 % en el primer semestre de 2025 — su mejor resultado desde 2009. En contraste, los bonos en monedas fuertes, como el dólar, apenas lograron un retorno del 5,4 % en el mismo periodo.
Edwin Gutierrez, jefe de deuda soberana de mercados emergentes en Aberdeen Group, señaló:
«Nadie anticipó una debilidad tan pronunciada del dólar. Esperábamos que los bonos en moneda local tuvieran mejor desempeño que los de moneda dura, pero no de esta magnitud.»
Flujos de capital sin precedentes
Según un informe de Bank of America basado en datos de EPFR Global, los fondos enfocados en deuda de mercados emergentes han captado más de 21 mil millones de dólares en lo que va del año. Estos fondos han registrado entradas positivas durante once semanas consecutivas, incluyendo 3,1 mil millones en la semana que finalizó el 2 de julio.
Estos flujos reflejan un cambio estructural en el comportamiento de los inversores globales, quienes buscan mayores rendimientos, diversificación monetaria y oportunidades en economías en desarrollo.
Reducción de tasas aumenta el atractivo
Otro factor clave que impulsa el interés por los mercados emergentes es la capacidad de sus bancos centrales para recortar las tasas de interés. Según Lewis Jones, gestor de deuda en William Blair Investment Management:
«Esperamos que los bancos centrales emergentes tengan mayor margen para bajar las tasas. Además, la tendencia de un dólar débil frente al euro hace que estos mercados sean aún más atractivos para los inversores europeos.»
Las reducciones de tasas contribuyen a abaratar el crédito, estimular el crecimiento y reforzar el atractivo de los bonos en moneda local.
América Latina lidera los rendimientos
Entre las regiones emergentes, América Latina ha destacado por sus resultados. Los bonos soberanos mexicanos (conocidos como Mbonos) generaron un retorno del 22 % desde enero, mientras que algunos bonos brasileños superaron el 29 %. Estos repuntes siguieron a fuertes caídas en 2024 y a expectativas de finalización del ciclo de alzas de tasas.
Adriana Cristea, gestora sénior de inversiones en Pictet Asset Management, comentó:
«Mantenemos nuestra posición en Mbonos mexicanos — aún hay espacio para más ganancias. También tenemos exposición a deuda local en mercados emergentes de América Latina, EMEA y Asia.»
Perspectivas: ¿puede continuar el impulso?
Mientras persistan la incertidumbre en Estados Unidos y la presión sobre el dólar, los bonos de mercados emergentes seguirán siendo atractivos para los inversores globales. El creciente interés por activos denominados en monedas locales sugiere que este movimiento va más allá de una simple tendencia cíclica.
A largo plazo, la mejora en la estabilidad macroeconómica, el fortalecimiento de la independencia monetaria y un mejor control de la inflación en los países en desarrollo podrían sentar las bases para un crecimiento sostenido que respalde una estrategia de inversión diversificada a nivel global.