Equipo de análisis de mercados de iXbroker
Texas Instruments (NASDAQ: TXN), gigante estadounidense de los semiconductores y referente mundial en fabricación de chips analógicos para la industria automotriz, electrónica de consumo e industrial, sufrió una caída de más del 11% en sus acciones durante las operaciones posteriores al cierre luego de presentar sus perspectivas para el tercer trimestre de 2025. El sólido desempeño del segundo trimestre no logró calmar los temores de los inversores, exacerbados por la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China y la amenaza de nuevos aranceles.
Segundo trimestre: crecimiento robusto, pero señales de cautela
En el segundo trimestre, Texas Instruments superó las expectativas: los ingresos aumentaron un 16% hasta llegar a los 4.450 millones de dólares y el beneficio por acción alcanzó los 1,41 dólares (frente a los 4.360 millones y 1,35 dólares previstos por el consenso). Para el tercer trimestre, la dirección pronostica ingresos en el rango de 4.450 a 4.800 millones de dólares —en la parte alta de las previsiones— pero con un beneficio por acción estimado en 1,48 dólares, ligeramente por debajo del consenso de mercado.
Sin embargo, el tono cauteloso del equipo directivo durante la conferencia con analistas incrementó la preocupación sobre la solidez de la recuperación. Rafael Lizardi, director financiero, reconoció que parte del aumento de ventas se debió a que los clientes adelantaron compras ante la posibilidad de nuevos aranceles: “Con más de 100.000 clientes, es difícil calibrar cuánto de esta demanda es genuina”, explicó.
Aranceles: ¿demanda real o acumulación de inventario?
Este efecto fue especialmente notable en el mercado chino, donde los ingresos de TI aumentaron un 32%. No obstante, el CEO, Haviv Ilan, advirtió sobre el peligro de un posible exceso de inventario y adoptó una postura cautelosa para el resto del año.
La empresa mantiene su confianza en la fortaleza estructural de sus segmentos principales (excepto automoción, que sigue débil), pero reconoce que el entorno de corto plazo está marcado por una gran incertidumbre. Varios analistas destacaron el cambio de tono del equipo directivo, reflejando inquietud ante la volatilidad de los flujos comerciales globales y el posible impacto de nuevas guerras arancelarias.
La posición estratégica de Texas Instruments
Texas Instruments cuenta con la cartera de productos analógicos más grande del mundo y con una base de clientes extremadamente diversificada. Cualquier cambio en su desempeño tiene repercusiones inmediatas en toda la cadena de suministro: desde la electrónica de consumo a la automoción y la industria.
Para enfrentar la creciente presión geopolítica y los riesgos arancelarios, la compañía invierte fuertemente en expandir su capacidad de producción, incluyendo cuatro plantas fuera de EE.UU. (una de ellas en China) y nuevas instalaciones en Texas y Utah. Esta estrategia incrementará la agilidad y resiliencia a largo plazo, pero también afectará temporalmente la rentabilidad y los flujos de caja.
La exposición a China, que representa aproximadamente el 20% de sus ingresos, es tanto una oportunidad como un desafío y obliga a TI a mantenerse alerta frente a la feroz competencia local.
iXDeep: Impacto en los mercados
El desplome de Texas Instruments evidencia cómo la ansiedad generada por los aranceles puede impactar a todo el sector tecnológico y desencadenar volatilidad en los mercados financieros globales.
En el mercado Forex, el temor a un enfriamiento industrial global y a mayores riesgos comerciales podría provocar una migración hacia activos refugio: dólar estadounidense (USD), franco suizo (CHF) y yen japonés (JPY) ganarían protagonismo, mientras que monedas emergentes asiáticas podrían sufrir presiones bajistas.
En cuanto al mercado de criptomonedas, la volatilidad de las tecnológicas suele ser un catalizador: los inversores, en busca de diversificación o protección frente al riesgo sistémico, podrían girar parte de su cartera hacia activos digitales como Bitcoin y Ethereum. Este entorno de incertidumbre macro refuerza la correlación entre los mercados tradicionales y las criptos, amplificando la volatilidad en el corto plazo.
Los próximos trimestres serán cruciales para diferenciar si el aumento de la demanda de chips es estructural o una respuesta temporal al riesgo arancelario. La respuesta a esta pregunta será clave para la evolución futura del sector y de los mercados financieros globales.