Trump y Putin expresan su intención de retomar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Rusia una vez finalizada la guerra en Ucrania, pero las sanciones y cambios económicos en Rusia dificultan este proceso.
Después de más de tres años de conflicto en Ucrania, Donald Trump y Vladimir Putin han manifestado su disposición para restablecer las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Rusia una vez terminada la guerra. Sin embargo, los profundos cambios en el entorno empresarial ruso y las amplias sanciones occidentales representan grandes obstáculos en este camino.
Salida masiva de empresas extranjeras de Rusia tras el inicio de la guerra
Desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, numerosas grandes empresas extranjeras, especialmente gigantes estadounidenses como Coca-Cola, Nike, Starbucks, ExxonMobil y Ford, abandonaron el mercado ruso. Esta salida masiva impactó significativamente en la economía rusa y transformó el clima empresarial. Compañías que invirtieron años en Rusia se vieron obligadas a suspender operaciones o vender activos debido a las sanciones y presiones políticas.
Voluntad de Trump y Putin para reactivar las relaciones comerciales
Tras más de tres años, Donald Trump expresó la esperanza de que las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Rusia puedan regresar a niveles previos una vez finalizada la guerra. Vladimir Putin también subrayó que las empresas extranjeras podrían regresar bajo ciertas condiciones y mostró disposición para ampliar la cooperación. Tras una llamada telefónica con Putin, Trump declaró: “Rusia quiere hacer un comercio a gran escala con Estados Unidos cuando esta catástrofe sangrienta termine, y estoy de acuerdo con ello”.
Cambio de tono y realidades sobre el terreno
No obstante, tras intensos ataques con drones y misiles en Kiev, Trump cambió su tono, calificando a Putin de “completamente loco” y amenazando con nuevas sanciones. Al mismo tiempo, recientes advertencias de Putin a las empresas occidentales para que no recuperen sus antiguas participaciones reflejan un entorno empresarial complejo y poco seguro en Rusia. Todo esto indica que el retorno de las empresas extranjeras a Rusia no será un proceso sencillo.
Cambios estructurales en el entorno empresarial ruso
Desde el inicio de la guerra, el entorno empresarial en Rusia ha cambiado radicalmente. Nuevas leyes colocan a las empresas extranjeras en una posición de alto riesgo, dificultando la reinversión en este mercado. Rusia clasifica a los países que apoyan a Ucrania como “Estados no amistosos” y ha impuesto severas restricciones a empresas de más de 50 países. Estas limitaciones incluyen controles sobre la salida de capital y equipamiento, además de permitir al gobierno ruso tomar control de empresas clave.
Control estatal sobre empresas y activos
Las empresas que se retiraron tuvieron que vender sus activos a precios muy por debajo de su valor real o abandonarlos por completo. Grupos afines al Kremlin adquirieron estos activos a bajo costo. Además, decretos presidenciales de 2023 permitieron al gobierno tomar el control de grandes empresas como Fortum (Finlandia), Unipro (Alemania), Danone (Francia) y Carlsberg (Dinamarca).
Perspectivas de retorno: realidad o ilusión
Incluso si se levantaran las sanciones occidentales y EE.UU. fuera eliminado de la lista de “Estados no amistosos”, las pérdidas sufridas por los inversores extranjeros serían difíciles de recuperar. Hasta ahora, ninguna empresa importante ha manifestado su intención de regresar al mercado ruso. Expertos consideran que estas conversaciones son en gran medida un discurso político, mientras que las realidades económicas y políticas constituyen importantes obstáculos.
Chris Weafer, CEO de Macro-Advisory Ltd, señaló: “Todo esto sigue siendo a nivel retórico político, sin indicios concretos de que alguna empresa esté lista para regresar.”
Conclusión: un camino difícil para restablecer las relaciones comerciales
Dada la complejidad política, las amplias sanciones internacionales y los cambios estructurales en el mercado ruso, restaurar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Rusia a niveles previos a la guerra será un proceso largo, riesgoso y complicado. Para lograrlo, serán necesarios cambios fundamentales en la política interna rusa, así como una reducción de las tensiones políticas internacionales.