El presidente francés Emmanuel Macron ha reinstalado a Sébastien Lecornu como primer ministro pocos días después de su dimisión, en un movimiento calculado para restaurar la estabilidad política y asegurar la aprobación del presupuesto francés de 2026 en un parlamento profundamente fracturado.
Macron, de 47 años, apuesta por la lealtad y el pragmatismo de Lecornu para ayudar al país a superar la crisis política más grave en décadas, a pesar de la creciente presión de los líderes de la oposición que piden elecciones anticipadas o incluso la renuncia de Macron.
Lecornu enfrenta un plazo urgente de presupuesto
El desafío inmediato de Lecornu es presentar un nuevo presupuesto al parlamento para el lunes, un paso crítico para evitar que el gobierno se detenga.
En X, Lecornu escribió: «Acepto —por deber— la misión que me ha confiado el Presidente de la República de hacer todo lo posible para proporcionar a Francia un presupuesto antes de fin de año y atender las preocupaciones diarias de nuestros ciudadanos. Debemos poner fin a esta crisis política que frustra al pueblo francés y socava la imagen y los intereses del país.»
Se profundizan las fracturas políticas mientras la oposición resiste
En una reunión con líderes de partidos centristas y tradicionales, Macron buscó reunir apoyo a su decisión. Sin embargo, los políticos de izquierda criticaron la elección, argumentando que el presidente ignoró su demanda de un gobierno de consenso más amplio.
Si el gobierno de Lecornu colapsa nuevamente, Macron podría no tener otra opción que convocar elecciones parlamentarias anticipadas, un escenario que los analistas dicen que probablemente favorecería al partido de extrema derecha RN.
El líder del Partido Socialista, Olivier Faure, advirtió que aunque la oposición no busca la disolución parlamentaria, tampoco le tiene «miedo».
Los mercados reaccionan a la creciente incertidumbre
La prolongada inestabilidad política en Francia ha sacudido los mercados financieros y debilitado la confianza empresarial. La crisis se debe en gran parte a la apuesta legislativa fallida de Macron el año pasado, que resultó en un parlamento colgado, dividido en tres bloques ideológicos opuestos.
Los desafíos fiscales del país —que requieren recortes de gastos o aumentos de impuestos que ningún partido puede acordar— han exacerbado el estancamiento. Los rivales de Macron también se están posicionando para las elecciones presidenciales de 2027, complicando aún más la cooperación.
Si el parlamento no aprueba el presupuesto a tiempo, el gobierno podría verse obligado a recurrir a legislación de emergencia para operar con un presupuesto temporal.
Exclusión de la extrema derecha mientras Macron busca apoyo centrista
Macron excluyó al RN de Marine Le Pen y a Francia Insumisa (LFI) de sus conversaciones con los líderes de los partidos. El jefe del RN, Jordan Bardella, acusó a Macron de priorizar la supervivencia política sobre los intereses del pueblo francés.
Coste económico de la parálisis política
El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, advirtió el viernes que la incertidumbre continua podría restar 0,2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB este año. Añadió que, aunque la confianza empresarial se ha debilitado, la economía sigue siendo fundamentalmente sólida.
Las recientes batallas presupuestarias ya han costado tres primeros ministros en 12 meses. Los puntos de fricción clave incluyen las demandas de la oposición de derogar la reforma de pensiones de 2023 y los llamados a impuestos más altos sobre los ricos, que los conservadores rechazan.
