Gabriel Makhlouf (BCE) afirma que el euro aún carece de las bases financieras necesarias para sustituir al dólar como moneda de reserva mundial.
Gabriel Makhlouf, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo y gobernador del Banco Central de Irlanda, afirmó en un foro económico en Francia que, a pesar de algunos avances, el euro aún no está preparado para reemplazar al dólar estadounidense como principal moneda de reserva global. Hizo un llamado a reforzar la unión fiscal europea, crear activos seguros comunes y profundizar la integración de los mercados de capitales en la Unión Europea.
El euro aún carece de madurez económica
En los últimos años, la posibilidad de que el euro sustituya al dólar como principal divisa de reserva ha vuelto al centro del debate. Sin embargo, según Gabriel Makhlouf, una de las figuras clave en la política monetaria europea, esta transformación no es viable en el corto plazo.
Durante su intervención en el foro económico de Aix-en-Provence, declaró: «Francamente, el sistema económico europeo aún no está completamente formado.»
Sus declaraciones se producen tras la reciente apreciación del euro frente al dólar, fenómeno que algunos analistas interpretaron como un posible cambio en el orden financiero global.
Falta de activos seguros y de una capacidad fiscal común
Makhlouf destacó que la principal debilidad estructural del euro reside en la ausencia de activos seguros comparables a los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Mientras que Estados Unidos cuenta con un mercado de capitales profundamente integrado y una política fiscal unificada, la Unión Europea aún carece de estas bases esenciales.
«Europa necesita una capacidad fiscal común que garantice la estabilidad financiera en todo el bloque», subrayó. Sin este pilar, el euro no puede competir seriamente con el dólar a nivel global.
La fortaleza del euro refleja la debilidad del dólar
A pesar del fortalecimiento del euro frente al dólar en los últimos meses, Makhlouf advirtió contra una lectura precipitada del fenómeno. Según él, este movimiento se debe principalmente a las preocupaciones de los inversores respecto al estado de derecho y la incertidumbre política en Estados Unidos.
«Es exagerado pensar que esto conducirá a una sustitución inmediata del dólar. El euro simplemente no está preparado para ello», añadió.
Una oportunidad estratégica para Europa
Pese a los desafíos, Makhlouf instó a los líderes europeos a aprovechar el clima de incertidumbre global para reforzar la posición estratégica y económica de la Unión Europea.
Abogó por eliminar las barreras internas del mercado único, promover una mayor integración financiera y aumentar la inversión conjunta en proyectos paneuropeos.
«Estas oportunidades para elevar el perfil de la UE, fortalecer su soberanía y aumentar su autonomía son cruciales, y deben aprovecharse», afirmó con firmeza.
Mirando al futuro: un camino complejo pero necesario
Expertos coinciden en que, para que el euro adquiera mayor peso internacional, son imprescindibles reformas estructurales profundas, entre ellas:
- establecer una política fiscal común,
- emitir eurobonos,
- integrar aún más los mercados de capital,
- y mejorar la coordinación presupuestaria entre los Estados miembros.
También será clave fortalecer la confianza global en la estabilidad política y económica de Europa. Para muchos analistas, potenciar el rol internacional del euro no es solo un objetivo económico, sino también una necesidad estratégica frente a la dependencia global del dólar en un contexto geopolítico incierto.
Conclusión: el euro avanza, pero aún no alcanza su meta
En resumen, el euro tiene sin duda el potencial de convertirse en una moneda de reserva global a largo plazo. No obstante, carece aún de las bases necesarias.
Las palabras de Gabriel Makhlouf reflejan una visión realista por parte de los responsables políticos europeos: alcanzar esa meta requiere mucho más que una política monetaria sólida; demanda compromiso político y fiscal genuino hacia una mayor integración dentro de la Unión Europea.