Dogecoin (DOGE) sigue bajo una fuerte presión de venta tras caer más del 36 % desde su máximo anual. Los indicadores técnicos sugieren ahora que la criptomoneda inspirada en memes podría estar al borde de una corrección más profunda, ya que los patrones gráficos bajistas se están alineando.
Dogecoin se acerca al «death cross» y a la ruptura del banderín bajista
El gráfico diario muestra que Dogecoin ha estado en tendencia bajista durante todo octubre, con un debilitamiento del impulso a medida que se acerca a la posible formación de un «death cross», una señal técnica que ocurre cuando el promedio móvil ponderado (WMA) de 50 días cruza por debajo del WMA de 200 días.
Históricamente, este patrón ha precedido a fuertes caídas. La última vez que DOGE formó un «death cross», en febrero, la criptomoneda se desplomó más del 50 % en las semanas siguientes. Ahora parece que se está desarrollando una configuración similar con la convergencia de las medias móviles.
Al mismo tiempo, Dogecoin ha formado un banderín bajista, típicamente caracterizado por una caída pronunciada seguida de una breve fase de consolidación dentro de un triángulo simétrico. El estrechamiento de esta formación sugiere una posible continuación de la tendencia bajista una vez que el precio rompa el soporte.
DOGE también se negocia por debajo del indicador Supertrend, reforzando el sesgo bajista. Si persiste el impulso a la baja, los analistas advierten que la criptomoneda podría volver a probar su mínimo mensual de 0,1493 dólares, aproximadamente un 25 % por debajo de los niveles actuales.
La demanda débil aumenta la presión a la baja
Más allá de las señales técnicas, los datos del mercado apuntan a un interés decreciente de los inversores en Dogecoin. Según CoinGlass, el interés abierto en futuros ha caído por debajo de 2.000 millones de dólares por primera vez desde principios de octubre, desde más de 4.000 millones a principios de este mes, reflejando una fuerte caída en las posiciones especulativas.
La actividad en el mercado al contado también se ha enfriado, con un volumen diario de operaciones que disminuyó a 2.700 millones de dólares el 26 de octubre desde un pico mensual de 20.450 millones, lo que indica un descenso significativo en la liquidez y la participación minorista.
Mientras tanto, el ETF REX-Osprey DOGE, lanzado a principios de este mes, no ha logrado atraer flujos nuevos, con activos bajo gestión estancados alrededor de 32 millones de dólares. En contraste, el ETF REX-Osprey XRP, lanzado el mismo día, ya ha superado los 100 millones de dólares en activos, lo que destaca una diferencia notable en el sentimiento de los inversores entre ambos tokens.
Sin un catalizador claro más allá de posibles aprobaciones futuras de ETF por parte de la SEC estadounidense, Dogecoin podría seguir enfrentando dificultades para mantener un impulso alcista sostenido, dejando al token vulnerable a nuevas caídas en el corto plazo.