Esta semana, Japón llevó a cabo una subasta de bonos gubernamentales a 30 años que superó las expectativas en cuanto a la demanda. Sin embargo, los rendimientos de estos bonos a largo plazo siguieron aumentando, reflejando preocupaciones persistentes sobre la estabilidad fiscal del país y las tensiones financieras a nivel global.
El ratio de cobertura (bid-to-cover ratio) en la subasta alcanzó 3.58, el nivel más alto desde febrero y muy superior al 2.92 registrado en junio. Esto indica un interés sostenido de los inversores en la deuda a largo plazo de Japón. No obstante, el precio mínimo aceptado fue inferior al esperado, lo que señala cierta cautela en el mercado.
Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos a 30 y 40 años aumentaron en 8 puntos básicos, situándose en 2.965 % y 3.14 %, respectivamente. Este aumento forma parte de una tendencia global impulsada por la subida de las tasas en el Reino Unido y Estados Unidos.
Según Kazuya Fujiwara, estratega de bonos en Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities, el fuerte aumento de las tasas en el Reino Unido, motivado por preocupaciones sobre el gasto fiscal, contribuye a la ansiedad sobre la perspectiva fiscal de Japón.
En respuesta, el Ministerio de Finanzas de Japón (MOF) anunció en junio que reduciría la emisión de deuda a 20, 30 y 40 años en un total de 3.2 billones de yenes (aproximadamente 22 mil millones de dólares) hasta marzo de 2026, con el fin de aliviar la presión en el mercado. Al mismo tiempo, el Banco de Japón (BOJ) ha comenzado a desacelerar la reducción de sus compras de deuda.
Martin Whetton, jefe de estrategia de mercados financieros en Westpac, calificó los resultados de la subasta como “no espectaculares, pero suficientemente buenos”, señalando que esta reducción de la oferta ya estaba anticipada por el mercado.
La diferencia entre el precio medio y el precio mínimo aceptado, conocida como “tail”, fue de 0.31, frente a 0.49 en la subasta anterior, indicando una mayor estabilidad en las expectativas de los inversores.
Shuichi Ohsaki, gestor senior de carteras en Meiji Yasuda Asset Management, comentó: “Esta subasta pareció algo débil, pero es poco probable que cause turbulencias en el mercado de bonos.”
A principios de semana, la subasta de bonos soberanos a 10 años tuvo una demanda relativamente fuerte, lo que alivió temporalmente al mercado. Sin embargo, la caída brusca de los bonos británicos el miércoles recordó a los inversores las preocupaciones sobre los riesgos fiscales globales.
Mark Cranfield, estratega de Bloomberg, señaló: “La subasta de bonos japoneses a 30 años pasó con métricas sólidas y una mejora notable en el ratio de cobertura, aunque el precio mínimo fue menor al previsto. La gran prueba será en el mercado secundario, donde un rendimiento de alrededor del 2.8 % puede no ser atractivo comparado con el máximo anual del 3.2 %.”
La próxima subasta de bonos a 20 años, programada para el 10 de julio, será crucial para evaluar el apetito de los inversores a largo plazo, especialmente en el contexto electoral.
El Partido Liberal Democrático (PLD) en el poder ha prometido aumentos salariales y un crecimiento económico que lleve a la economía japonesa a 1 cuatrillón de yenes, según declaraciones del primer ministro Shigeru Ishiba. Estas promesas podrían aumentar aún más el gasto público.
Itsunori Onodera, jefe de política del PLD y exministro de Defensa, declaró recientemente a Bloomberg que la situación fiscal del país está en “alerta amarilla”, con gastos en aumento que hacen la situación más frágil.
Shoki Omori, estratega jefe de Mizuho Securities, afirmó: “Todavía necesitamos ver la subasta de 20 años para entender mejor el apetito inversor, pero esta subasta de 30 años dio cierto alivio a los inversores a largo plazo.”