Se espera que la Reserva Federal recorte las tasas de interés la próxima semana por primera vez en un año, posiblemente hasta 50 puntos básicos, lo que plantea preguntas sobre el destino de los 7,6 billones de dólares que actualmente se encuentran en fondos del mercado monetario.
Durante más de un año, los altos rendimientos de las inversiones equivalentes al efectivo han atraído tanto a inversores institucionales como minoristas hacia fondos que ofrecen alrededor del 4,3 % de retorno. Pero las tasas más bajas reducirán gradualmente estos pagos, lo que genera especulaciones sobre un posible traslado de capital hacia activos más riesgosos.
Es poco probable que el efectivo se mueva rápidamente
La teoría del “muro de efectivo” de Wall Street —según la cual estos billones podrían provocar un repunte en las acciones una vez que los rendimientos bajen— ha circulado durante años, pero los escépticos dicen que la historia muestra lo contrario. Peter Crane de Crane Data señala que los saldos de los fondos de dinero solo han disminuido de manera significativa durante crisis que llevaron las tasas a cero, como el estallido de la burbuja puntocom y la crisis financiera de 2008.
“Sueñen en Wall Street”, dijo Crane. “Los 7 billones de dólares no van a ninguna parte excepto hacia arriba”.
Aproximadamente el 60 % de los saldos de los fondos del mercado monetario proviene actualmente de inversores corporativos e institucionales, quienes son menos propensos a pasarse a acciones sin importar los rendimientos. Como máximo, Crane estima que quizás el 10 % de los saldos podría salir.
Implicaciones para las carteras
Incluso si la Fed recorta las tasas, los fondos monetarios se ajustarán gradualmente debido a su estructura de vencimiento a 30 días. Los flujos a corto plazo podrían incluso aumentar temporalmente, ya que los fondos continúan manteniendo valores con mayor rendimiento.
Para los inversores que evalúan alternativas, los analistas sugieren alejarse de la curva del Tesoro mediante ETF con duración de 2 a 5 años, construir escaleras de bonos para gestionar la volatilidad o agregar exposición selectiva a acciones fuera de las megacapitalizaciones estadounidenses. Pero los estrategas advierten que la mayoría de las carteras diversificadas ya llevan un riesgo suficiente en el mercado de acciones.
A corto plazo, el “muro de efectivo” probablemente permanecerá estacionado en lugar de desencadenar un flujo hacia las acciones, a menos que la Fed se vea obligada a recortes agresivos que empujen los rendimientos de nuevo hacia cero.