Charlie Kirk, uno de los jóvenes activistas conservadores más destacados de Estados Unidos y cercano aliado del presidente Donald Trump, fue asesinado a tiros el miércoles mientras hablaba en un evento de Turning Point USA en la Universidad de Utah Valley. Tenía 31 años.
Trump anunció la muerte de Kirk en Truth Social, calificándolo de «patriota» y figura «legendaria» que conectaba con la juventud estadounidense. El gobernador de Utah, Spencer Cox, condenó el ataque como un «asesinato político», comprometiéndose a llevar al perpetrador ante la justicia. Hasta el jueves, la búsqueda del tirador aún estaba en curso.
De activista estudiantil a figura influyente del Partido Republicano
Kirk nació en Illinois en 1993 y mostró inclinaciones políticas desde temprana edad al ser voluntario en una campaña del Senado republicano mientras estaba en la escuela secundaria. Con solo 18 años, cofundó Turning Point USA, que se convirtió en una fuerza poderosa en los campus universitarios, combinando mítines estilo festival con retórica provocativa de derecha.
Su influencia creció rápidamente dentro del Partido Republicano. En 2019, lanzó Turning Point Action, un brazo de defensa que apoyaba a candidatos conservadores, incluido Trump. Kirk y sus grupos jugaron un papel clave movilizando a los jóvenes votantes tras la derrota de Trump en 2020 y nuevamente durante su exitosa campaña de regreso en 2024.
Una voz para la juventud conservadora
La popularidad de Kirk trascendió los mítines. Reunió millones de seguidores en Instagram, X y TikTok, y también presentaba el pódcast The Charlie Kirk Show. Su alcance lo convirtió en una de las figuras más reconocibles en los medios conservadores, apareciendo con frecuencia en Fox News y otros medios de derecha.
Estaba casado con Erika, ex Miss Arizona USA, y tenía dos hijos. Como cristiano devoto, Kirk hablaba a menudo sobre su fe como eje de su misión política, fortaleciendo sus lazos con la comunidad evangélica.
Homenajes y legado
Trump ordenó que las banderas estadounidenses se izaran a media asta hasta el domingo, escribiendo: «Nadie comprendió mejor el corazón de la juventud en Estados Unidos que Charlie. Todos lo amaban y admiraban, especialmente yo, y ahora ya no está con nosotros».
La muerte de Kirk deja un vacío importante en el movimiento juvenil republicano que ayudó a formar y ha intensificado las preocupaciones sobre la violencia política en una América profundamente polarizada.