El dólar neozelandés volvió a estar bajo presión el miércoles, cayendo por debajo del nivel de 0.5850 frente al dólar estadounidense, ya que disminuyó el apetito por el riesgo en los mercados globales. El “kiwi” ha perdido más del 1 % desde los máximos del lunes cerca de 0.5915, impulsado por crecientes preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda global.
El dólar estadounidense se fortalece por la demanda de activos seguros
El dólar estadounidense sigue mostrando fortaleza frente a las principales divisas, beneficiándose del aumento en la demanda de activos refugio. Las preocupaciones financieras en las principales economías han provocado ventas de bonos gubernamentales y un fuerte aumento en los rendimientos a largo plazo, lo que ha reducido el interés por activos de mayor riesgo. El índice del dólar (DXY) se mantiene firme, ignorando incluso los datos más débiles de lo esperado del sector manufacturero ISM, que reflejan seis meses consecutivos de contracción en agosto.
El oro también se ha beneficiado del tono defensivo del mercado, lo que ha reforzado aún más al dólar.
Los datos de China no logran mejorar el sentimiento hacia el NZD
A pesar de los datos positivos del sector servicios en China, el dólar neozelandés no logró obtener un respaldo significativo. El índice PMI de servicios Caixin alcanzó 53.0 en agosto, el nivel más alto en 15 meses, frente a 52.6 en julio, lo que indica una demanda interna estable. Sin embargo, estas noticias positivas se vieron eclipsadas por preocupaciones económicas más amplias, especialmente debido a la alta dependencia comercial de Nueva Zelanda con China.
Perspectiva técnica: los vendedores apuntan al soporte en 0.5835
El par NZD/USD encontró resistencia cerca de su máximo de dos semanas a principios de esta semana y ahora ha retrocedido por debajo de 0.5850 durante la sesión europea. Los vendedores están centrados en el mínimo del martes cerca de 0.5835, que podría actuar como soporte inmediato. Una ruptura de ese nivel podría abrir la puerta a nuevas caídas, especialmente si el entorno global sigue siendo frágil y los datos económicos de EE. UU. continúan favoreciendo al dólar.