Reino Unido, Francia y Alemania han iniciado un proceso de 30 días para restablecer las sanciones de Naciones Unidas contra Irán por su controvertido programa nuclear, una decisión que amenaza con intensificar las tensiones apenas semanas después de los ataques de Estados Unidos e Israel contra instalaciones iraníes.
Teherán condenó de inmediato la decisión de las tres potencias europeas, calificándola de «ilegal y lamentable», al tiempo que insistió en que la presión no forzará concesiones. «Es una acción contra la diplomacia, no una oportunidad para ella», declaró a Reuters un alto funcionario iraní, añadiendo que el diálogo con Europa continuará.
Cálculos diplomáticos en Europa
El denominado mecanismo de snapback fue activado por la troika europea para mantener la prerrogativa legal de reimponer sanciones antes de su vencimiento a mediados de octubre. El ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, subrayó que esta decisión no significa el fin de la diplomacia, mientras que su homólogo alemán, Johann Wadephul, instó a Irán a cooperar plenamente con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y a entablar conversaciones directas con Washington en el próximo mes.
La medida se produjo tras unas negociaciones inconclusas en Ginebra esta semana, en las que Irán no ofreció garantías consideradas creíbles por los europeos. En una carta conjunta al Consejo de Seguridad, los tres países remarcaron que su compromiso con una solución diplomática «sigue siendo firme», aunque se reservan el derecho de restaurar las sanciones si Teherán no actúa en el plazo establecido.
Reacción de EE.UU. y condiciones de Irán
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, acogió con satisfacción la iniciativa europea, citando el «incumplimiento significativo» de Irán respecto a sus compromisos nucleares de 2015. Washington reiteró su disposición a un diálogo directo, siempre que conduzca a «una resolución pacífica y duradera».
Sin embargo, Teherán señaló una apertura condicionada, afirmando que solo participará si Estados Unidos garantiza la ausencia de ataques militares durante las negociaciones. La República Islámica también advirtió que podría retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear si las sanciones son restablecidas.
Impacto económico y político en Irán
La amenaza de nuevas sanciones de la ONU – que afectarían a los sectores bancario, financiero, energético y de defensa – está generando creciente inquietud en Irán. El rial cayó bruscamente el miércoles tras conocerse la medida europea, intensificando la ansiedad económica en medio de divisiones políticas cada vez más profundas entre los sectores radicales partidarios de la confrontación y los moderados que abogan por la diplomacia.
El programa nuclear iraní sigue en el centro de la disputa. Según el OIEA, Teherán ha enriquecido uranio hasta un 60% de pureza, un nivel cercano al grado armamentístico, y antes de los ataques israelíes de junio había acumulado suficiente material para varias ojivas nucleares. Aunque la fabricación de un arma requeriría más tiempo, las potencias occidentales sostienen que el programa iraní sobrepasa las necesidades civiles, mientras que Irán insiste en que tiene fines exclusivamente pacíficos.
Lo que viene
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá el viernes a puerta cerrada para evaluar la petición europea. Si no se alcanza un acuerdo en los próximos 30 días, las sanciones levantadas en virtud del acuerdo de 2015 se restablecerán automáticamente.
Para los mercados, la posibilidad de nuevas restricciones sobre las exportaciones de petróleo y el sistema bancario iraní podría tener efectos significativos: desde una reducción de la oferta mundial de crudo hasta un aumento de la volatilidad monetaria en Teherán y una mayor profundización del aislamiento económico de la República Islámica.