Se espera que los precios del chocolate sigan subiendo, ya que los efectos de la fuerte subida del cacao del año pasado todavía se hacen sentir en los minoristas. Sin embargo, algunos analistas prevén que podría haber cierto alivio de cara a la próxima Pascua.
El cacao ha alcanzado niveles récord en los últimos años debido al mal clima, las enfermedades de los cultivos y la oferta limitada procedente de África Occidental, que representa alrededor de tres cuartas partes de la producción mundial. Sumado a la inflación alimentaria global, este aumento ha disparado los precios del chocolate en las tiendas. En el Reino Unido, la organización de consumidores Which? informó que los productos de chocolate registraron en 2024 la mayor inflación media anual, del 11 %, mientras que en Estados Unidos marcas populares como Hershey’s Kisses experimentaron subidas similares de alrededor del 12 %.
Incluso tras una ligera bajada este año, los futuros del cacao siguen siendo excepcionalmente altos: de 8.177 dólares por tonelada en enero a unos 7.855 en agosto —todavía más del triple de lo que costaba hace tres años. Los analistas advierten que este descenso no se reflejará pronto en los precios minoristas. Los chocolateros aún están asumiendo los máximos históricos de finales de 2024, con costes que siguen recorriendo toda la cadena de suministro. Como señaló Tracey Allen, estratega de materias primas en J.P. Morgan: «Existe un déficit constante en el mercado, una fuerte reducción de granos de cacao y menos disponibilidad de productos. Así que, por desgracia, los precios se mantendrán altos durante más tiempo».
El panorama, sin embargo, no es del todo negativo. Un clima más favorable, más plantaciones en Brasil y Ecuador, y una demanda más suave por parte de los fabricantes podrían empezar a aliviar la presión el próximo año. J.P. Morgan pronostica que el cacao se estabilizará en torno a los 6.000 dólares por tonelada, un nivel estructuralmente más alto, pero menos volátil que los picos observados a principios de este año.
Aun así, persisten los desafíos a largo plazo. Los expertos señalan la falta crónica de inversión y los problemas de productividad en Costa de Marfil y Ghana —los dos mayores productores mundiales— como factores estructurales que seguirán limitando la oferta global. El aumento de los costes laborales en el Reino Unido y la amenaza de mayores aranceles en Estados Unidos también podrían añadir más presión sobre los precios.
Para los consumidores, esto significa que el chocolate probablemente seguirá siendo caro durante un tiempo, incluso si empiezan a aparecer señales de alivio gradual en el horizonte.
