El desfile militar de Donald Trump en Washington reúne a miles de soldados y tecnología avanzada, mientras la influencia estadounidense enfrenta serias pruebas en el ámbito internacional.
Mientras la influencia y el poder de Estados Unidos en Europa y Medio Oriente se enfrentan a intensas presiones y desafíos, el expresidente Donald Trump organiza un gran desfile militar en el corazón de Washington para mostrar su fuerza y autoridad internas. Este desfile coincide con la celebración de su 79.º cumpleaños y ocurre en un contexto de crisis internas e internacionales sin precedentes.
Exhibición de poder militar en el centro de Washington
Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, planea un desfile masivo en la avenida Constitution, ubicada detrás de la Casa Blanca, con el objetivo de destacar la potencia militar estadounidense. En el evento participarán 6,600 soldados, tanques Abrams, vehículos de combate Bradley y helicópteros Black Hawk. El programa también incluye recreaciones históricas, demostraciones de tecnología militar de última generación y un sobrevuelo del escuadrón Thunderbirds de la Fuerza Aérea.
El costo estimado del desfile ronda los 45 millones de dólares, incluyendo posibles reparaciones a las calles que puedan resultar dañadas por el paso del pesado equipo militar. Es el primer desfile militar a gran escala desde 1991, tras la Guerra del Golfo.
Un desfile en tiempos de crisis
El desfile se lleva a cabo en un momento en que Trump ha asumido el control de la Guardia Nacional de California y ha desplegado a los Marines para sofocar protestas relacionadas con operativos migratorios en el estado. El gobernador de California, Gavin Newsom, presentó una demanda contra esta medida, aunque un tribunal autorizó el uso continuo de las fuerzas hasta el fin de semana.
Históricamente, los desfiles militares en Estados Unidos se celebraban en momentos de unidad nacional y para conmemorar victorias militares en el extranjero. En contraste, este desfile tiene lugar en medio de profundas divisiones políticas y conflictos regionales e internacionales.
Desafíos internacionales al poder estadounidense
Desde el anuncio del “Día de la Liberación” el 2 de abril, las iniciativas de política exterior de Trump han enfrentado múltiples obstáculos. A pesar de las promesas de nuevos acuerdos comerciales, se han concretado pocos. Además, los recientes intercambios de misiles entre Israel e Irán han puesto en riesgo las negociaciones nucleares estadounidenses con Teherán.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, calificó las acciones de Israel como “unilaterales”, mientras que Trump exigió que Irán regrese a la mesa de negociaciones. Por otro lado, la promesa de Trump de terminar la guerra en Ucrania desde el “día uno” no se ha cumplido; sus esfuerzos para convencer al presidente ruso Vladimir Putin de negociar han fracasado. Los líderes europeos se están alejando gradualmente de su dependencia de EE. UU. y buscan alternativas para apoyar a Ucrania.
Desfile militar: ¿símbolo de poder o respuesta a las crisis?
Más que una mera exhibición de fuerza, el desfile de Trump simboliza la resistencia y determinación ante las crisis internas y externas. Mientras la política exterior estadounidense enfrenta presión y las divisiones políticas se intensifican, este evento brinda a Trump la oportunidad de fortalecer su imagen como líder fuerte y con control dentro del país.
Sin embargo, los críticos consideran que este costoso espectáculo refleja políticas con éxito limitado en la arena global y podría aumentar las tensiones tanto dentro como fuera del país.
Conclusión
El desfile militar organizado por Trump en Washington, en medio de múltiples desafíos internos e internacionales para Estados Unidos, representa un intento por proyectar poder y unidad interna. Sirve tanto para consolidar la posición política de Trump a nivel nacional como para evidenciar las complejidades que enfrenta la política exterior estadounidense en la nueva década.
